Editorial
Abstract
Desde el nacimiento de Ia psicologia como ciencia, los psico logos no hemos dejado de preguntamos quienes somos. No cabe duda de que esa pregunta se relaciona con Ia crisis per manente de fundamentos teon'cos que ya se seiialaba en el «editorial» del pn·mer numero de ESTUDIOS DE PSICOLO GIA. Pero hay a/go mas. Una pro/esion no se comtituye solo en virtud de Ia definicion logica de funciones a que da Iugar el desarrollo de un area de estudio, investigacion y desarrollo tecnologico; inftuyen tambien ciertas variables sociales, me nos explicitas, como Ia movilidad, el estatus, Ia saturacion profesional. Probablemente, en el nacimiento de Ia Psicolo gia Experimental o del psicoanalisis, por ejemplo, incidieron van'ables de este orden. Asi, Ben David y Collins (1) han seiialado que Ia psicologia experimental alemana se constitu yo, en gran parte, por el paso de los fisiologos a las faculta des de filosofia, y que este paso se debio a Ia necesidad de abandonar un campo pro/esional de alto estatus pero poca movilidad para acceder a otro de menor estatus y movilidad alta, comervando a Ia vez las ventajas del estatus y de Ia movilidad: filoso/os de bata blanca. Pero Ia pregunta por